jueves, 15 de noviembre de 2007

El mordisco lo dan otros, encías ensangrentadas y mirada de criminales...

Queridos amigos, buenas tardes.

Como sabéis los que lleguéis hasta este blog desde mi otra bitácora, hoy es un día en el que la libertad de expresión en Venezuela se ha visto, una vez más, gravemente atacada. En los comentarios de la entrada que he publicado al respecto en "ZP el espantajo" me han dejado un comentario que es el que me ha inspirado para el vídeo de hoy. Mi amigo Fin de los Tiempos ha mencionado una frase de una conocida canción del grupo de rock Héroes del Silencio que me ha tocado la fibra sensible, puesto que, como podéis leer en mi perfil de Blogger, Héroes es uno de mis grupos favoritos. Así pues, ahí va la canción que contiene dicha frase, "La sirena varada":

Sin lugar a dudas, quiero dedicarle esta entrada a mi compañera y amiga Martha Colmenares, involuntaria protagonista de este nuevo ataque a la libertad de expresión en Venezuela. Los detalles los podéis leer en "ZP el espantajo", aquí me voy a limitar a explicar por qué esta canción resulta más que apropiada para Martha. "La sirena varada" está basada en la obra de teatro homónima del dramaturgo Alejandro Casona, en la que el protagonista se encierra en una casa con sus amigos para fundar una república con la imaginación como máxima autoridad. Poco después aparece Sirena, un personaje del que se enamora el protagonista y que mantiene una lucha en su interior entre volver a la dura realidad o seguir sumergida en el mar de sus sueños, en los que es una sirena.

Bunbury en la canción le aconseja a Sirena que vuelva al mundo de sus sueños dado que el mundo real es demasiado duro (Sirena vuelve al mar, varada por la realidad). Sin embargo, mi mensaje para Martha es justo el contrario: que siga en la brecha a pesar de las muchas trabas que le ponen, que no dé la espalda a lo que está ocurriendo. Gracias a personas como ella, Venezuela es cada día un poquito más libre. Venezuela necesita a gente como Martha, que de las dentelladas ya se encargan personajes como Chávez. El mordisco lo dan otros, encías ensangrentadas y miradas de criminales...